LA VENGANZA DE ELECTRA

Pierre Baptiste
5 min readJul 8, 2022

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La venganza y la ira, siempre han sido algo que ha moldeado la personalidad del ser humano desde el inicio de los tiempos. Existen muchas historias en donde padres matan a sus hijos, esposas a sus esposos e hijos a sus padres. Sin duda nos hacen ver que a veces como sociedad dejamos mucho que desear y nos dejamos llevar por los deseos inútiles. Con la venganza demostramos que somos capaces de todo para obtener algo o quitar a alguien de nuestro camino, realizamos bellas traiciones hacia aquellos que nos aman o dieron la vida. Y si nos enfocamos en tragedias de venganza e ira, la mitología griega esta plagada de interesantes historias que sacan lo peor del ser humano pero que también nos hacen entender porque a veces la gente toma crueles actos de venganza. Y si hay un personaje que se puede

Si hay un personaje de la mitología al cual le queda la canción de ‘’Bella Traición’’ de Belinda, sin duda sería a Electra ¿pero quien es Electra? A la que no le importa el fuego en el que arde hoy, por la muerte de su padre. Bueno, conozcamos a esta interesante chica de la mitología griega.

LA VENGANZA DE ELECTRA

Electra era hija del rey Agamenón de Micenas y de su esposa Clitemnestra, y hermana de Ingenia, Crisotemis y Orestes. Era, por tanto, una Atrida — descendiente del rey Atreo, padre de Agamenón y Menelao. Su nombre significa ‘’ámbar’’ en griego, o quizá ‘’chispa’’ (electron), pues la electricidad estática se consigue frotando el ámbar.

Su mito gira en torno al plan que urdió junto a su hermano Orestes para vengar el asesinato de su padre dando muerte a quienes lo habían perpetrado: su propia madre Clitemnestra y el amante de esta Egisto. Este salseo griego se va a poner bueno. Cabe decir que el personaje de Electra tiene una gran importancia en la literatura y el teatro europeo: da nombre a sendas tragedias de Sófocles y Eurípides, y aparece también en las tragedias de Esquilo, y a partir del renacimiento, es la protagonista o toma parte en el mito principal de varias tragedias, novelas y óperas.

Pero conozcamos un poco este mito.

Antes de partir hacia Troya, Agamenón había sacrificado a su hija menor Ifigenia a la diosa Artemisa para impetrar la protección de los dioses en la guerra. Y tras diez años de guerra y muchas idas y venidas, Agamenón regresó a Micenas trayendo a su concubina Casandra como botín de guerra cuando Electra se hallaba ausente del reino (porque obviamente Agamenón sabía que de sus hijos la más fatal, fue Electra).

Pero, bueno, el rey volvió y tomó posesión de su casa y de su reino. En cuanto la ocasión se presentó, el amante de Clitemnestra, Egisto asesinó a sangre fría a Agamenón para eliminarlo como obstáculo en su camino hacia el poder.

Cabe decir que Clitemnestra fue su cómplice. Pero estos dos no esperaban que Electra fuera testigo y en su interior, la muchacha comenzó a odiar a Egisto, pero sobre todo a su propia madre por haberle arrebatado a su padre. Y desde ese momento, Electra no vivió sino esperando el momento en que pudiera vengar la muerte de Agamenón. Protegió a su hermano pequeño enviándolo lejos, al monte Parnaso, bajo la protección del rey Estrofio, hasta que tuviera edad suficiente como para reclamar el trono y ejecutar su venganza.

Como dato curioso, según unas versiones, Agamenón fue asesinado; por la misma Clitemnestra por haber sacrificado a Ifigenia. Y también junto con Agamenón, fueron asesinados Casandra de Troya (la hija del rey Príamo) y los gemelos que Casandra le había dado a Agamenón.

En fin, cuando Orestes cumplió veinte años, el oráculo de Delfos le ordenó regresar a su patria y vengar la muerte de su padre. Y así, el día llegó y Orestes volvió ya convertido en adulto y consiguió colarse en el palacio real tras haber hecho creer a todos que había muerto.

Su objetivo era acabar con Egisto y Clitemnestra y reclamar su lugar como sucesor legítimo de su padre.

En este mito, Orestes se encontró con Electra ante la tumba de Agamenón, adonde ambos habían ido para rendir honras fúnebres a su padre; se reconocieron y se pusieron de acuerdo para que Orestes vengara a su padre. Con la ayuda de Pilades, hijo del rey Estrofio, Orestes mata a su madre, que lo maldice, y al amante de aquella, en algunas versiones con ayuda de Electra.

Pero, tras el crimen enloquece teniendo horribles visiones de su madre ensangrentada y con un puñal en el pecho y es perseguido por las Erinias, (o Furias) — la culpa — cuya misión es castigar las trasgresiones de los lazos de piedad familiar, y que, sin embargo, no acosan a Electra.

Este estado de locura que lo hizo huir y, según cuentan algunos autores clásicos, refugiarse en el templo del Oráculo de Delfos atormentado por las Furias. Cuentan las distintas versiones de este mito que Orestes fue perdonado por los propios dioses ya que su venganza fue el punto final de la injusticia cometida contra sus hermanos.

Pero aquí no termina todo, Orestes, a quien las Erinias empujan hacia el suicidio, se refugió en el templo de Apolo en Delfos.

Y aunque Apolo le hubiera ordenado vengarse, el dios fue incapaz de protegerlo de las consecuencias de sus acciones. Al fin, Atenea lo recibió en la Acrópolis de Atenas y arregló un juicio ante doce jueces áticos: Las Erinias reclamaron su víctima; él presentó como atenuante las órdenes de Apolo; los votos de los jueces estaban equitativamente divididos, pero Atenea dio su voto de calidad a favor de la absolución.

En la versión de Eurípides, Orestes es conducido por las Furias hasta Tauros, en el Mar Negro, donde su hermana Ifigenia (que no había muerto realmente en el sacrificio que ordenó su padre) se hallaba recogida por sus semisalvajes habitantes. Ifigenia, Pilades y Orestes habrían escapado juntos de los Tauros y las Furias habrían cedido entonces en su persecución tras la reunión de la familia. Electra en esta versión se habría casado con Pilades, hijo del rey Estrofio y amigo de confianza de Orestes durante su niñez en el exilio.

Como dato curioso, existe un término llamado ‘’Complejo de Electra’’ que fue propuesto en 1912 por el psiquiatra y psicólogo suizo Carl Gustav Jung para designar la contrapartida femenina del complejo de Edipo.

Este consiste en la atracción afectiva de la niña por la figura del padre. Según Jung, el complejo de Electra es común en las niñas en algún momento de su infancia aunque, en algunas ocasiones, va más allá.

La fijación afectiva o enamoramiento hacia el padre puede generar una situación de rivalidad con la madre. Se supone que es una dinámica normal en el desarrollo de las mismas, que puede observarse a partir de los 3 años y que suele resolverse de forma natural. Al contrario que en los niños, esta circunstancia es menos clara y pasa más inadvertida puesto que las niñas tienen un vínculo muy estrecho con sus madres, lo que les dificulta mantener la competitividad con esta.

En la mejor resolución del complejo se produce una predilección de la niña hacia su progenitor. Sin embargo, en los casos patológicos puede acontecer lo contrario, que la niña rechace al padre al sentirse defraudada por haberla rechazado.

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Pierre Baptiste

Le monde est un endroit plein de légendes et de mystères, apprenons-en quelques-unes