TÚNELES Y FANTASMAS: LEYENDAS DE LAS CATACUMBAS DE PARÍS

Pierre Baptiste
14 min readJan 15, 2024

París, sin duda es un lugar lleno de muchas historias, además de ser la cuna del romance y el lugar preferido para los amantes, también es un lugar que entre sus sombras y calles esconde leyendas, pero sobre todo debajo de sus calles, en un silencio sepulcral hay varias historias que esperan ser desenterradas. Entre caminos y esqueletos apilados de manera casi romántica, encontramos los famosos túneles de las catacumbas de París, las cuales esconden varias historias y guardan personajes tan interesantes como su historia propia. Pero antes de empezar con las leyendas que se esconden aquí, hablemos de la historia de las famosas Catacumbas de París.

La historia de las Catacumbas de París se remonta a finales del siglo XVIII, cuando debido a los graves problemas de salubridad provocados por los cementerios de la ciudad se decidió trasladar sus contenidos a un lugar subterráneo. En ese entonces, los cementerios al llenarse por completo carecían de lugar para enterrar a los difuntos, y muchas veces los cadáveres se enterraban en los techos de las casas y hasta muros, ya que no había lugar donde poner a los fallecidos, uno de esos famosos fue el cementerio de los Inocentes, el cual era el más grande de la época en aquel entonces, luego vamos a hablar de este en otro blog.

Ya que el espacio no estaba disponible en dicho lugar para enterrar nuevos cuerpos, incluso los cementerios parroquiales que estaban en las iglesias, estaban saturados. Las autoridades parisinas eligieron un lugar de fácil acceso, situado en la periferia de la capital: las antiguas canteras de Tombe-Issoire, bajo la Plaine de Montrouge. Un lugar en donde el olor de los cuerpos no llegara a la superficie. Ya que incluso los cuerpos enterrados en las casas soltaban un olor de aquellos, que para que contar, la ciudad apestaba a muerto como dirían y sumado a eso la falta de higiene. Era como estar en una carnicería donde todo se había echado a perder, es por eso que enmedio de la noche, las autoridades parisinas se encargaron de mover los cuerpos a las actuales catacumbas ¿Porqué en la noche? A la gente le parecía incorrecto perturbar el descanso de los muertos, pero la sobrepoblación y la falta de espacio en los cementerios, hicieron a las autoridades tomar esta decisión.

Estas canteras, explotadas como mínimo desde el siglo XV y posteriormente abandonadas, son una pequeña parte del laberinto que se extiende bajo la ciudad, sobre una superficie aproximada de 800 hectáreas. Su diseño y la organización del traslado de los esqueletos corrió a cargo de Charles-Axel Guillaumot, inspector del servicio de Inspección general de canteras de París o IGC. Este servicio, instaurado el 4 de abril de 1777 por Luis XVI, tenía como misión supervisar y unificar las canteras abandonadas, tras producirse una serie de importantes hundimientos del suelo parisino durante el siglo XVIII. Las primeras evacuaciones tuvieron lugar entre 1785 y 1787 y afectaron al cementerio más importante de París, el Cementerio de los Santos Inocentes, clausurado en 1780, tras permanecer en uso ininterrumpidamente durante más de diez siglos.

Se vaciaron las sepulturas, las fosas comunes y los osarios y los huesos se transportaron al caer la noche para evitar las protestas de la población parisina y de la Iglesia. A continuación, los huesos se descargaron a través de dos pozos de servicio de la cantera para su posterior distribución y apilado en las galerías por los canteros. Los traslados continuaron tras la Revolución, hasta el año 1814, con la eliminación de los cementerios parroquiales del centro de París, como San Eustaquio, San Nicolás de los Campos y el convento de los Bernardinos. Los traslados se iniciaron de nuevo en 1840, durante las obras de urbanismo de Louis-Philippe y las obras haussmannianas entre 1859 y 1860. Es declarado ‘’Osario municipal de París’’ el 7 de abril de 1786 y, es entonces cuando se apropia del término mítico de ‘’Catacumbas’’, en referencia a las catacumbas de Roma, lugar que despierta gran fascinación pública desde su descubrimiento.

A partir de 1809, las Catacumbas se abren al público con cita previa. Al final del recorrido, se pone a disposición de los visitantes un libro de visitas para recoger sus impresiones y que se llena con gran rapidez debido al gran interés que esta visita despierta tanto entre la población francesa, como entre los extranjeros. Con el paso de los años, el osario recibió la visita de numerosos personajes ilustres: en 1787, el conde de Artois, futuro Carlos X, acude en compañía de damas de la corte; en 1814, recibe la visita del emperador de Austria, Francisco I, y en 1860, es Napoleón III quien las recorre acompañado de su hijo. Durante el siglo XIX, las modalidades de visita no dejan de cambiar, entre cierres totales y aperturas mensuales o trimestrales. En la actualidad, todo el mundo puede acceder a ellas sin necesidad de una autorización. Las Catacumbas de París reciben a casi 550 000 visitantes al año.

Y ahora que sabemos un poco de su historia, vayamos con las leyendas

El Fantasma de Philibert Aspairt: La Sombra Perdida en el Laberinto Subterráneo

En el siglo XVIII, Philibert Aspairt, un intrépido trabajador de las catacumbas, se aventuró más allá de los límites conocidos a pesar de las advertencias de que los túneles no eran lugares para confiar, cabe decir que en ese tiempo no se habían explorado en su totalidad como hoy en día y poner por lo menos un pie dentro, era tu sentencia de muerte. Este trabajaba como portero en el Hospital Militar de Val-de-Grâce y se desconoce la razón por la cual se adentró en las catacumbas (aunque lo más seguro es que en el sótano del hospital descubriera un túnel, ya que varias casas de París, actualmente tienen acceso a estos o estuviera buscando una botella de vino en dicho lugar y dio con los túneles).

Este se adentró en las catacumbas el 3 de noviembre de 1793 y nunca más se le volvió a ver ya que se perdió en el intricado entramado de pasadizos y nunca encontró la salida, al menos vivo, ya que su cuerpo fue encontrado 11 años después, se lo pudo reconocer gracias a la ropa y a un llavero que llevaba en el cinturón. Esto, en una galería que estaba justo debajo de la calle Henri Barbusse, que en ese tiempo se llamaba Rue d’Enfer (Calle del Infierno). Sobre su muerte hay varias teorías, una dice que estaba completamente ebrio al ingresar a los túneles y se perdió en el laberinto; que su linterna se apagó y lo dejó a oscuras; que se confundió de camino cuando fue por una botella en el sótano del antiguo convento de la Cartuja, que se encontraba próximo a las canteras. Otra leyenda, cuenta que fue raptado por una secta (este tipo de leyendas es muy común en las Catacumbas) y acabó con su vida, ya que vio algo que no debía ver. Otra versión se dice que fue perseguido por las voces de los espíritus atrapados en las catacumbas, mismas que lo orillaron a suicidarse.

La leyenda sostiene que cada 3 de noviembre su espíritu deambula por las Catacumbas, condenado a buscar eternamente la luz que le fue arrebatada. Quienes han explorado en la penumbra afirman haber escuchado sus suspiros melancólicos, incluso en las sombras han visto su silueta. Como dato curioso, se convirtió en el santo patrón de quienes estudian las catacumbas.

Las Voces Susurrantes

Una famosa y extendida leyenda de las Catacumbas de París asegura que luego de la medianoche en cierta zona de los túneles varias voces se hacen sentir, provenientes de los muros. Estas voces no tendrían otro fin que el de confundir a quien escuche para convencerle de adentrarse más y más en las catacumbas, hasta que se salga del camino y no consiga regresar ni salir.

Como dirían, entre las hileras de cráneos y fémures, las almas parecen entablar conversaciones secretas y aún hacer su acto de presencia a pesar de los años que han pasado. Actualmente existen vídeos de YouTube y hasta visitantes han dicho que cuando se quedan solos en ciertas zonas, han escuchado voces apenas audibles. Incluso se cuenta que si te le quedas viendo mucho tiempo a uno de los cráneos de las catacumbas, puede que en tu cabeza escuches la voz de aquella persona y escuches la voz que alguna vez perteneció a aquellos huesos. Hay historias de exploradores que se han metido dentro de las catacumbas en las que cuentan que mientras van caminando escuchan voces que los orillan a salirse de la ruta ya establecida que ellos tienen.

Encuentros con Figuras Sombrías: Sombras que Desafían la Luz

Entre las sombras de los pasadizos, actualmente se han registrado encuentros con figuras sombrías que desafían toda explicación lógica. Desde figuras de hombres, mujeres y niños. La más famosa es la de un hombre con sombrero y capa totalmente negros, que de acuerdo a la leyenda popular si lo llegas a ver, puede que tengas un accidente saliendo de las Catacumbas. Otra leyenda nos dice que este misterioso hombre te seguirá el resto de tu vida saliendo de las catacumbas, la creencia popular dice que si lo llegas a ver en dicho sitio, saliendo de este lugar debes ir a la Catedral de Notre Dame a rezar para librarte de este espíritu.

¿Pero quién es este hombre? De acuerdo a leyendas de locales parisinos, este misterioso hombre era un antiguo sacerdote de Notre Dame, que durante el día predicaba la palabra de Dios, pero de noche, se dedicaba a la brujería y a adorar al diablo, tanto que debajo de la ciudad de París tenía su trono hecho de huesos que había encontrado en las catacumbas (otros dicen que eran huesos de niños de los que el abusaba y luego sacrificaba). Un día, la población cansada de tanta desaparición de niños, decidieron tratar de averiguar quien era el que desaparecía a los pequeños. Así que le tendieron una trampa al asesino del cual desconocían la identidad. Sabiendo que este realizaba sus fechorías de noche y cerca del Río Sena, para le pagaron a un joven de 19 años llamado, Jérémie, la tarea era sencilla, quedarse en la orilla del Río Sena hasta que un hombre con capucha negra y capa negra apareciera, y así pasó, este misterioso hombre se acercó a Jérémie y le dijo que le iba a pagar mucho dinero, si este le ayudaba con un trabajo de carpintería, el joven acepto, pero le dijo que primero tenía que pasar a su casa por las herramientas para ayudarle. El misterioso hombre aceptó, error que le costaría la vida, ya que al llegar al lugar acordado varios parisinos lo estaban esperando y lo emboscaron. Entre varias personas lo agarraron y lo aventaron desde el campanario de Notre Dame, su cuerpo quedo irreconocible, posteriormente tomaron sus restos, junto con su sombrero y capa negra y los aventaron a las catacumbas, como dato extra, se dice que agregaron excremento de perro a sus huesos ¿la razón? Quizás pensaron que sería un excelente elemento decorativo.

El tiempo paso y ya no se volvió a saber nada de ese hombre, pero tiempo después muchas personas aseguraron verlo en los túneles o cerca del Río Sena, la leyenda dice que si lo llegas a ver, lo que te puede pasar al salir de las catacumbas, es un accidente pequeño, ya sea enfermarte o que te caigas o te fractures, cosas pequeñas a las cuales puedes sobrevivir y después de eso no lo vuelves a ver. Pero si sales de las Catacumbas y lo ves fuera de ellas, incluso si no estas en París y tu eres de México o cualquier otro país y lo ves en tu hogar, esto es grave, pues significa que eres descendiente de uno de los parisinos que lo mataron o de Jérémie, el joven que ayudo en su captura, y si eres descendiente de estos dos, ya has firmado tu sentencia de muerte pues te espera una muerte muy dolorosa y la única manera de librarte de él, es ir a rezar a Notre Dame.

Otras historias nos hablan de testigos que afirman haber visto contornos humanos, vagamente delineados, desvaneciéndose en la negrura. Cada encuentro deja una sensación de inquietud, como si estas sombras fueran guardianes de secretos olvidados que se resisten a ser revelados o incluso los espíritus de aquellas almas que se encuentran bajo las calles de París, pero ninguno tan aterrador como el misterioso hombre de la capa negra.

Luces Misteriosas: Destellos en la Penumbra de la Eternidad

En las profundidades de las catacumbas, las luces parpadeantes persisten como un enigma sin resolver. Se han contado historias de destellos fugaces que iluminan los huesos acumulados, como si fueran las almas de aquellas personas que emiten señales de que se encuentran aún en este mundo. Muchas personas tienen la teoría de que estos orbes son las almas inquietas de las personas enterradas en este lugar. Aunque igual para este hecho hay una leyenda muy hermosa, esta nos habla de una gitana parisina que al enterarse de que muchas personas serían sacadas de sus lugares de reposo en los cementerios que estaban abarrotados en París, se puso muy triste, pues pensaba que aquellas almas dentro de aquellos túneles no encontrarían la luz, pues en aquellos tiempos dichas galerías eran completamente oscuras. Es por eso, que preocupada por las almas de aquellos que iban a ser lanzados a las catacumbas, esta gitana hizo una vela y la consagro en la Catedral de Notre Dame y una noche sin que nadie la viera se dirigió a las catacumbas e hizo un recorrido con su vela en mano rezando por todas esas almas, esto lo hizo cada día de su vida, en medio de la oscuridad esta gitana caminaba por los túneles con una sola vela iluminando su camino mientras le rezaba a Dios y pedía por las almas de aquellas almas, esto lo hizo todos los días de su vida hasta envejecer.

Se cuenta que la última vez que la vieron ya era una anciana con cabellos blancos, pero aún así se dirigió con su vela a las catacumbas y nunca más volvió a salir, de acuerdo a la leyenda, murió recorriendo estos túneles y su cuerpo nunca fue encontrado. Y se cuenta, que los orbes y luces que se ven en la penumbra de las catacumbas, es nada más y nada menos que la luz de la vela de aquella gitana que desde el más allá sigue rezando por aquellas almas y aún recorre con su vela dando luz a aquellas almas que no han logrado trascender o a los que mueren actualmente explorando las catacumbas.

La Dama Blanca de las Catacumbas: Amor y Pérdida en el Subsuelo de París

La leyenda de la dama vestida de blanco ha sido transmitida a lo largo de generaciones y es conocida por todos los parisinos. Esta leyenda habla de la sombra de una joven que se desplaza entre los huesos de estos túneles, llevando consigo la carga de un amor perdido que perdura hasta nuestros tiempos.

La leyenda nos narra la historia de una joven noble que se enamoró de un soldado durante la Revolución Francesa. Sin embargo el destino es caprichoso y como buena historia de amor francesa, no puede faltar la tragedia, pues el amado de esta joven, un soldado fue asesinado y su cuerpo aventado a las catacumbas, sin prenda alguna, pues los enterradores, al ver la ropa tan fina y joyas de este soldado, decidieron despojarlo y quedarse con las joyas y la ropa del joven. Su amada, al enterarse de esto se adentro en las catacumbas para reunirse con su amado, sacarlo de aquel lugar y darle santa sepultura, pero al llegar a donde estaba el cuerpo de su amado, se encontró con la sorpresa de que ni en la muerte los ladrones respetan a los muertos, pues el joven estaba completamente desnudo. La joven regreso al día siguiente con un traje de soldado para vestir a su amado, sacarlo de ahí y darle santa sepultura. Pero unos rufianes la habían seguido y al ver que ella llevaba joyas y hombre en su cuerpo tenía un traje de buena calidad, la asaltaron y la asesinaron, la joven al morir tenía un vestido blanco.

De acuerdo a la leyenda, está joven se aparece entre los túneles, buscando a su amado, se dice que si ve que eres de buen corazón, te hace seguirla hasta la salida de un túnel que está en el Río Sena, evitando que te pierdas o si te llegas a perder hace que la sigas y cuando menos te das cuenta, ya estas en la salida de los túneles. Pero si tienes mal corazón y robas cualquier objeto que este en las catacumbas posiblemente haga que te pierdas en los túneles.

Fenómenos de Manipulación de Equipos Electrónicos: Tecnología y lo Sobrenatural Entrelazados

Los exploradores paranormales que se aventuran en las catacumbas a menudo experimentan malfuncionamientos inexplicables en sus equipos electrónicos. Grabadoras capturan voces que no tienen origen aparente, y dispositivos se apagan repentinamente. ¿Son estas anomalías consecuencia de fuerzas invisibles o simplemente fenómenos causados por las peculiares condiciones subterráneas? Aquí la delgada línea entre lo tecnológico y lo sobrenatural se desdibuja en el reino óseo bajo París. Existen muchas psicofonías y vídeos de presencias debajo de los suelos de París.

Sensaciones de Presencia

A lo largo de los pasadizos, la sensación de ser observado por entidades invisibles persiste. Cambios abruptos en la temperatura y una opresión palpable en ciertas áreas desconciertan a aquellos que buscan explicaciones. La penumbra ósea se convierte en un escenario donde lo tangible se mezcla con lo intangible, y la presencia de almas atrapadas en el laberinto subterráneo se hace sentir en cada rincón.

Manifestaciones de Olor a Flores Marchitas: Aromas de una Tragedia Pasada

Una leyenda muy famosa de las catacumbas, es la de el olor a flores marchitas. En ciertas secciones, el inconfundible olor a flores marchitas emana de las paredes de huesos. Y es que a pesar de ser un lugar donde no se colocan flores, el olor a flores marchitas es muy fuerte. Como si las flores que alguna vez adornaron ataúdes y tumbas se manifestaran en el aire. Recordemos que todos estos cuerpos se encontraban en fosas comunes o incluso enterrados dentro de construcciones y su presencia en la superficie provocaba olores desagradables, es por eso que como medida de salubridad se les llevo a todos los cuerpos bajo la ciudad ya que los cementerios estaban a reventar. Y todos los cuerpos de aquellos que murieron en guerras, plagas y la peste negra y la Revolución Francesa, se encuentran bajo tierra.

Una leyenda popular nos habla de un monje, que vivió en la época en la que todos los cuerpos fueron sacados de los cementerios para ser transportados al subsuelo parisino. La leyenda narra que un día un monje al ver como sacaban los cuerpos del cementerio parroquial, se enojo tanto al ver que perturbaban el descanso de las almas, que se peleó con el sepultero pues para el esto era una falta de respeto, sin embargo el monje fue golpeado por varias personas y nadie le hizo caso, no le quedaba más que ver como todos los cementerios eran saqueados, sin embargo lo que no le agrado fue que muchos sepulteros le quitaban sus pertenencias a los difuntos, joyas, anillos, objetos que eran de valor y los aventaban como basura a las catacumbas. Es por eso, que tiempo después de que terminaron estas labores, el monje se adentro en las catacumbas a dejar flores a todos esos difuntos y a vigilar que nadie le robara sus pertenencias los difuntos, pues este era testigo de como la gente se llevaba los huesos para rituales paganos. El monje murió realizando esta acción y pidió ser enterrado en las catacumbas. Se cuenta que actualmente deambula entre los huesos, rezando y cuidando a los difuntos y su presencia es advertida por un fuerte olor a flores, como si después de tanto tiempo, su presencia aún estuviera en dicho lugar, velando por los fallecidos y los que no tienen nombre. Igual se cuenta que pueden ser almas de monjes que fallecieron durante la Peste Negra y la Revolución Francesa.

Sin duda estas catacumbas, esconden muchos misterios y leyendas que siempre será interesante conocer. Es interesante, darle una historia, nombre y origen a todos esos huesos, aromas y presencias que vigilan aquellas rutas que estan bajo el suelo de París y que posiblemente sigan cuando nosotros nos vayamos.

.

--

--

Pierre Baptiste

Le monde est un endroit plein de légendes et de mystères, apprenons-en quelques-unes